CERMIS Autonómicos

Javier Font, presidente del CERMI Comunidad de Madrid

"La tijera en los servicios sociales es un recorte a la libertad de las personas con discapacidad"

15/09/2011

Juan Antonio Ledesma

La autocrítica siempre es positiva en la medida que constituye un elemento dinamizador para avanzar en la buena dirección. La tentación al victimismo fácil, aunque justificado, no debe ser una rémora para el movimiento asociativo de la discapacidad, obligado a plantear propuestas solventes encaminadas a reducir la brecha en igualdad de derechos que aún soportan millones de personas con discapacidad. “No a los brazos cruzados”, proclama Javier Font, presidente CERMI Comunidad de Madrid.

La autocrítica siempre es positiva. ¿El sector de la discapacidad hace examen de conciencia?
La percepción sobre nuestros propios niveles de integración en la sociedad se aleja mucho de la realidad. Una situación que se motiva por nuestra propia falta de voluntad en intervenir en un contexto general que actualmente, y sin darnos cuenta, también nos afecta.

Que nuestros dirigentes, Gobierno y oposición, se lleven mal nos perturba y de qué manera. Es muy grave que no exista ni la más mínima intención de llevar a cabo pactos importantes sobre empleo o la estabilidad del estado del Bienestar. Sin embargo, si no hacemos nada para mejorar esta situación, también seremos culpables de ello.

¿Hay temor a pronunciarse públicamente sobre cuestiones que trascienden más allá de la discapacidad?
Actualmente, oímos noticias sobre las que no opinamos públicamente, pero que a buen seguro nos conciernen y  afectarán a nuestro propio  futuro. Debemos pronunciarnos para marcar el margen de actuación a quienes nos gobiernan. Esto depende exclusivamente  de nosotros.

¿Seguro que piensa en cuestiones concretas de la agenda política?
Últimamente nos llegan noticias sorprendentes. Por ejemplo, algún grupo parlamentario  insta al Estado a que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, las pensiones de todos los españoles, sea invertido en bolsa. Un atrevimiento sobre el que deberíamos pronunciarnos.

Hay más cuestiones que pueden parecer que no son de nuestra incumbencia, como la libertad de horarios comerciales o las trabas administrativas a las empresas. Todo repercute en la creación de empleo y ese es un asunto clave, más aún para el colectivo de personas con discapacidad, con una tasa de ocupación muy baja.
 
¿Amplitud de miras?
Hasta ahora, el sector de la discapacidad sólo tenía voz en los asuntos relacionados con los servicios sociales y, ahora, en los temas de empleo. Grave error por nuestra parte,  porque debemos empezar a alzar la voz en un contexto general donde nos corresponde estar.

El movimiento asociativo de la discapacidad debe actuar como un  verdadero agente social, papel que nadie oficialmente nos ha sabido reconocer. Deberían estar agradecidos por nuestra lealtad, trabajo y toda la trayectoria que desde el inicio hemos mantenido y llevado a cabo para que la ciudadanía creciera con una buena calidad de vida.

Dicen que son buenos tiempos para casi nada. La crisis económica amenaza con dar un zarpazo irreversible al estado del Bienestar.
Ya es hora de alzar la voz y decir que hemos estado mal gestionados. No entendemos cómo los dirigentes políticos quieren reducir gastos de todos los lados y recortar partidas sociales que poco afectarán a la economía en general, pero que sin duda repercutirán negativamente en el día a día de las familias más necesitadas.

De sus palabras se desprende una gran decepción hacia la clase política.
La “moda” ahora entre los dirigentes políticos es decir que la fiesta, “su fiesta”, se ha terminado, pero que nos afectará a todos. Que se sienten culpables por trabajar y vivir de la política y que no son mala gente.

Se atreven a decir, con gran desfachatez, que han encontrado las arcas autonómicas y municipales peor de lo que pensaban, que habrá que subir los impuestos de manera general.

¿Qué hicieron durante este tiempo si tenían que haber trabajado en todas aquellas comisiones y organismos que ellos mismos crearon  para el control de la adecuada gestión de los recursos económicos públicos?  ¿A qué se han dedicado durante todo este tiempo?

Las personas con discapacidad temen la llegada de la tijera en los servicios sociales, porque es un recorte a su propia libertad. Me echo a temblar y me avergüenzo de quienes pretenden salir de la crisis económica a costa de las personas que más necesitan del apoyo de la administración y de toda la sociedad.

¿Esos recortes en inversión social se aplican ya en  programas dirigidos específicamente a las personas con discapacidad?
Los programas de “Respiro familiar” o de “Ayuda a domicilio” facilitan la vida a miles de personas con discapacidad y a sus familias. Permiten una proyección personal y favorecen la integración de estas personas en un entorno social normalizado. Espero y deseo que nadie se atreva a tocar lo que favorece a la humanidad y a su desarrollo personal, pero también confío en que no nos dejemos apabullar por pensar que si reaccionamos nos puedan aplastar.

La sociedad ha avanzado a una velocidad que nuestros políticos no  esperaban. Cuando no existía Internet, y el acceso a la comunicación o la información estaba restringido a unos pocos privilegiados, se podía manipular a las masas y tratar a los ciudadanos como en títeres.

Por eso, ahora, es importante alzar la voz y decir que basta ya, que las personas con discapacidad no tenemos la culpa de su patética gestión y que no estamos dispuestos a soportar más mensajes negativos y catastrofistas en los que se apoyan para advertirnos de que vienen malos tiempos y que habrá que recortar.

Resolución a los problemas. ¿Con “R” de Rubalcaba o de Rajoy?
No sé si la solución se escribe con “R” de Rubalcaba o de Rajoy. Lo que sabemos es que los tiempos son otros, nada boyantes, y que se escriba como se escriba el futuro  no nos dejaremos engañar más.

Como premonición, diré que realmente creo que el futuro será complicado y que quienes “malgobiernan” en mayoría las comunidades autónomas están esperando al resultado de las próximas elecciones generales para aplicar los máximos recortes sociales de la historia de España.

Desearía equivocarme, pero ruego esperéis al resultado de las urnas para darme la razón. Al final la culpa será de la sociedad y conseguirán que los culpables se conviertan en inocentes y los inocentes en culpables. ¿En qué país vivimos?